Mi cambio físico parte 2: Ganando confianza en mí misma

De no salir de la cama ni ser capaz de mirarme al espejo por estar sumida en una enorme depresión a estar en paz conmigo misma y haber vencido mis demonios internos… Contar esto hasta me da vergüenza…

Se habla mucho de qué dieta hacer o qué ejercicio hacer para conseguir un cuerpo saludable y estético. Pero la realidad es que hace falta conocerte muy bien a ti misma para poder llegar a ese fin.

En todo este proceso he pasado miles de obstáculos. La mayoría de estos me forzaban a aprender a pasos agigantados a defender lo que era importante para mí y dejar de complacer a los demás.

Tuve que defender lo que a mi me gustaba comer, como a mí me gustaba comer y cuando a mí me gustaba comer. Parecía que si me ponía platos grandes todos miraban mal, o si comía fuera del horario reglamentado también estaba mal. O siempre aparecía el típico iluminado que decía que la grasa era mala o el de “los carbohidratos son malos”. Encima es extremadamente injusto que los que tienen buen cuerpo parecían juzgarme mirándome por encima del hombro como si su cuerpo demostrara que ellos tenían más conocimiento que yo a pesar de todo lo que yo estaba estudiando para ayudarme a mí misma.

Fíjate que si nos pasamos la vida contentando a todos en lugar de intentar diseñar tu propio camino, al final siempre sigues enferma, deprimida y obesa como estuve yo…

Si te das cuenta te estoy hablando de cambios psicológicos que tuve que hacer pero que impactan en la facilidad y en la SEGURIDAD con la que tomas decisiones a la hora de comer. A la hora de elegir lo que comes es importante que tú seas la primera que sepa por qué lo hace para impedir que cualquier persona venga a darte su opinión poco pensada. Cambios psicológicos como ganar seguridad en mí misma, darle crédito a lo que estaba aprendiendo sabiendo que siempre fui una persona que se le daba bien aprender y una vez supe lo suficiente, ya sólo era confiar en el proceso. Por eso me hice esa foto de la izquierda en la que ya tenía la certeza de que era cuestión de tiempo que lo lograra…

Con la ayuda de mi terapeuta y yo misma en solitario, sin duda estas son las lecciones que saqué de esa fase oscura en la que me encontré:

1. La importancia de ir a terapia: Si no sabes cómo defenderte es porque no sabes ni quién eres. Ni sabes hallar el valor en ti. Cuando no sabes ver lo valioso que hay en ti y qué es lo que te hace brillar, estás hiriendo tu autoestima de manera inconsciente porque tu mente tendrá tendencia a centrarse en todo lo malo. Tener a una persona que te ayude observándote desde afuera es fundamental para facilitar el proceso de conocerte.
2. La adquisición de hábitos: Cuando no controlas lo básico como tener el hábito de hacer la mínima actividad física o saber contabilizar aunque sea de manera aproximada lo que comes, lo que ocurre es que cada vez que decides hacerlo con más intensidad, como es el caso de una persona cuando quiere bajar de peso, la cantidad de conceptos que hay que integrar, es abrumadora. ¿Qué tal si aprendiéramos a controlar nuestra alimentación para el día a día y no sólo cuando queremos bajar de peso? Esa fue una lección importante.
3. Detectar y purgar al vuelo los pensamientos de autosabotaje: Imagina que tú ya sabes cómo calcular macros, calorías y ahí ya decides qué estilo de dieta seguir o simplemente cómo adaptar lo que a ti te gusta para que te funcione. Bien, pues el autosabotaje actúa en situaciones cómo: “He entrenado muy duro, me merezco este cheat meal” y acabas comiendo más de la cuenta y sintiéndote culpable después. También, hábitos como observarte al espejo y creer que no estás cambiando, por lo tanto, ir tirando la toalla progresivamente y dejar de entrenar con las mismas ganas y la misma intensidad…

Saber la teoría de la nutrición está genial. Yo te diría que es fundamental porque para mí lo fue para empezar a ganar seguridad en mí misma y dejar de escuchar cuanta opinión se le ocurría a la gente. Sin embargo, los resultados que tuve al conseguir aplicar con TOTAL SEGURIDAD en mí misma fueron apabullantes. Bueno, ya los puedes observar en la foto. Y toda esa seguridad la terminé de ganar atendiendo a la parte psicológica.

Conseguí pesar 30 kg menos, sentirme mejor en la ropa, poder comprarme ropa

nueva, poder salir a la calle y sentirme más a gusto para tomarme fotos. Fue un cambio interno que se acabó proyectando en lo externo.

Si estás empezando desde 0, sé que los resultados a veces parece que tardan en llegar. 

Pero sigue intentándolo. Paso a paso. Acción tras acción.

Espero que esto te inspire a continuar.

Gaby